domingo, 9 de agosto de 2009
El verde tibio del guacamole, es tan delicioso como las curvas de verano, que interrumpen el paso del Sol para convertirse en paisajes naranjas.

El misterio no esta en azul, el misterio esta en la mirada daltonica que aún reconoce la melancolía.

2 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Ya sé!


Tú escribes,
y yo no entiendo nada, ja!

que buen equipo.

Anónimo dijo...

toy igual que la MaLquEridA....
O_o