Traía yo prisa, necesitaba sacar unas copias.
Me estacioné como pude y me estiré al cenicero buscando cambio en moneditas, tomé un puñado y me fui.
En la noche se me antojó un tamal y otras tantas gusgueras, busqué en mi bolsillo el grupo de monedas restantes y me dispuse a contar para presupuestar el largo de la lista de compras:
1, 2, 50, 3.50, 5, 6... ¿FIVE CENTS?
¿¿¿Ah??? (cara de güey)
Tengo que poner más atención a quién subo al coche... pinche globalización confianzuda.
4 comentarios:
Yo no me he subido en la última semana.
Acuérdate también que tú pagaste los tamales.
ja ja ja ja así pasa cuando sucede y uno se queda con la cara de "...¿¿¿Ah??? (cara de güey)"
feliciento fin, espero que lo empalague suficiente para leerlo el lunes...
estrujito bloguero ciao
gusgueras,hacía mucho que no oía ésa palabra.
Yo en la mañana me compré un bisquet y un delaware punch y nadamás me sobraron 4.50
Qué bueno que fueron por mi
si no
todavía estaría caminando.
saludines .
hazte de un minibat pa defender la morraya (¿o morrallla?) como mi vecino el microbusero
Publicar un comentario