
…ese espíritu cada vez era más visible, pero con sus audífonos imaginarios él no lograba escuchar la melodía que de ella provenía.
La guitarra, se acercó tímidamente y otro músico la tomó, comenzó a tocar algunos acordes pero él no era compositor, era un aficionado que poco sabía tocar, él utilizaba su energía para cantar, cantar le hacía feliz y prefirió cantar a tocar, había celos de por medio, la guitarra era capaz de tonos y acordes que él no dominaba así que decidió dejarla, prefirió perfeccionar su canto.
Al darse cuenta que su amigo dejaba la guitarra prodigiosa a un lado decidió acercarse, la contempló, tocó sus bordes, admiró su composición, los detalles, los acabados, se veía increíblemente amable, tanto que decidió tomarla en sus manos y comenzó a acariciar las cuerdas suavemente… y ellas le contestaban en susurros, susurros melodiosos, susurros encantadores.
La guitarra, se acercó tímidamente y otro músico la tomó, comenzó a tocar algunos acordes pero él no era compositor, era un aficionado que poco sabía tocar, él utilizaba su energía para cantar, cantar le hacía feliz y prefirió cantar a tocar, había celos de por medio, la guitarra era capaz de tonos y acordes que él no dominaba así que decidió dejarla, prefirió perfeccionar su canto.
Al darse cuenta que su amigo dejaba la guitarra prodigiosa a un lado decidió acercarse, la contempló, tocó sus bordes, admiró su composición, los detalles, los acabados, se veía increíblemente amable, tanto que decidió tomarla en sus manos y comenzó a acariciar las cuerdas suavemente… y ellas le contestaban en susurros, susurros melodiosos, susurros encantadores.